Cuando ha pasado más de una semana desde que ocurrieran estos "desagradadables acontecimientos", aunque la administración los define como "incidentes aislados y menores", el mundo cofrade sigue dando vuelta a un asunto que ocurrió sobre las 4:00 horas en el eje del puente de Triana-Reyes Católico- La Magdalena. Sobre esa hora, la radio pública de Andalucía conectaba con un oyente en el puente mientras pasaba la Hermandad de la Esperanza de Triana que aseguraba que en ese punto, al paso del Cristo de las Tres Caídas, se había producido una reyerta con navaja incluida. Posteriormente, desde la Campana la misma emisora volvía a conectar con la zona San Pablo donde también se había producido un tumulto que había obligado a la cruz de guía de La Trianera a dar marcha atrás sobre sus pasos. Los compañeros de la radio pedían calma y serenidad a la población, teniendo en cuenta que Canal Sur es la emisora de cabecera de los capillitas que se echan a la calle para ver las cofradías. Autoridades públicas consultadas por esta emisora posteriormente quitaban hierro al asunto y negeban que hubiese existido una herida con alma blanca...
En fin, que sería días después cuando se dieran a conocer los primeros informes sobre estos incidentes que apuntaban a un navajazo en Arjona, un disturbio en un bar de copas con vasos por el aire incluido en Julio César, tumulto provocado por un menor nigeriano, un caso de violencia de género en La Magdalena y una pelea en la salida de Los Gitanos. "Casos aislados", insisten las autoridades, aunque las cofradías afectadas no están muy conformes y no se les quita de la cabeza las "carreritas" del año 2000 que, al parecer (ya que yo estuve en la calle la Madrugá, en otra zona, y no viví nada) se vivieron autñenticos momentos de pánico con gente corriendo y por los suelos, entre ellos nazarenos, pasos solos sin público, y crisis de pánico o de ansiedad.
Una auténtica locura que vuelve a poner en evidencia la psicósis que sigue reinando en la calle ante conflictos de esta magnitud. Estamos a la que salta y a la mínima de cambio montamos el pitote y salimos corriendo como si en plena Guerra Civil estuviéramos. De confirmarse estos incidentes "aislados" no hay motivo para montar esos espectáculos. Guardando las distancias, se puede mantener la compostura ante altercados de ese tipo y que seguro vivimos en otros momentos del año, desgraciadamente, sin que se monten estos numeritos.
La cuestión es mancillar o degradar una de las tradiciones, nos guste o no, y al que no le guste que se vaya a Matalascañas, más arraigadas de Sevilla. Este año ya se veía venir con tanto público en la calle como se concentró desde el Domingo de Ramos, sobre todo, cuando existen locales por zona de paso de las cofradías, que ofertan con letras grandes y a la vista del público sus lotes de botellona. Algo que, fuera de la Semana Santa, no hacen. Lamentable. Convirtiendo esta fiesta, como pasa con todo, en una simple botellona.
Insisto, al que no le guste la Semana Santa, que se vaya de copas a algún bar que seguro hay abiertos por otros puntos de la ciudad, que se vaya de vacaciones o fin de semana a la playa o que se quede en casa durmiendo. Hay miles de opciones. A mí no me gusta el fútbol o los toros y no voy al campo o a la plaza a molestar al de al lado. Esto es una simple y llana cuestión de civismo y educación, algo que en esta sociedad no está a la orden del día...
No hay comentarios:
Publicar un comentario