Como está la cosa(sinónimo de crisis) y para ir tirando por ahí el dinero por servicios que no te han dejado satisfecho. Esto es lo que ha debido pensar, entre otros, un panadero granadino que ha puesto una hoja de reclamación en la oficina del consumidor porque consideraba que una prostituta no le había dado la satisfacción por la que él había pagado. Y no me extraña, teniendo en cuenta que el señor había pagado 160 euros por un servicio, que el Ideal de Granada no ha especificado, que no lo ha dejado contento.
El buen hombre, quien sólo reclamaba un poco de placer y compañía, fue a la empresa en cuestión a mostrar su queja y no debieron atenderle la reclamación ni, por tanto, enmendarle el entuerto. Supongo,aunque lo desconozco, porque este tipo de servicios no deben de recibir muchas quejas sobre satisfacciones resueltas, no porque todos los clientes se queden satisfechos, que lo dudo, sino porque nadie hasta la fecha había sentado cátedra al respecto. Ahora un granaino parece que ha abieto la veda y no me extraña, es lo que tiene el poder mediático, que de ahora en adelante muchos señores y señoras, por qué no, acudan al defensor del consumidor a quejarse por el trabajo realizado por estos profesionales del sexo.
En el fondo me parece genial. Si queremos ver la prostitución como algo normal, el oficio má antiguo del mundo, y lo que se hace es ofrecer un servicio al consumidor, como un establecimiento o profesional cualquiera, estos también deben acogerse a este tipo de quejas o reclamaciones.
Esperemos que esto no se extienda al ámbito privado y de repente una ingente marea de hombres y mujeres alcen su voz al cielo para cantar, como lo hacía la Jurado, aquello de "hace tiempo que no siento nada al hacerlo contigo... ".
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