
El buen hombre, quien sólo reclamaba un poco de placer y compañía, fue a la empresa en cuestión a mostrar su queja y no debieron atenderle la reclamación ni, por tanto, enmendarle el entuerto. Supongo,aunque lo desconozco, porque este tipo de servicios no deben de recibir muchas quejas sobre satisfacciones resueltas, no porque todos los clientes se queden satisfechos, que lo dudo, sino porque nadie hasta la fecha había sentado cátedra al respecto. Ahora un granaino parece que ha abieto la veda y no me extraña, es lo que tiene el poder mediático, que de ahora en adelante muchos señores y señoras, por qué no, acudan al defensor del consumidor a quejarse por el trabajo realizado por estos profesionales del sexo.
En el fondo me parece genial. Si queremos ver la prostitución como algo normal, el oficio má antiguo del mundo, y lo que se hace es ofrecer un servicio al consumidor, como un establecimiento o profesional cualquiera, estos también deben acogerse a este tipo de quejas o reclamaciones.
Esperemos que esto no se extienda al ámbito privado y de repente una ingente marea de hombres y mujeres alcen su voz al cielo para cantar, como lo hacía la Jurado, aquello de "hace tiempo que no siento nada al hacerlo contigo... ".
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