Me duelen los pies, tengo agujetas en las piernas y no es para menos. Acabo de llegar a casa de dar un paseo hasta el Centro Comercial Nervión Plaza(recuerden que vivo en pleno centro) y vengo destrozaito por el camino de ida y vuelta, como canta De María, David, claro. La ocasión lo merecía. Esta mañana ojeando uno de los múltiples ejemplares de prensa gratuita con los que me bombardean camino de la estación de tren cada mañana se anunciaba para esta tarde la final de certamen Mister Sevilla y hasta allí que me fui. Nunca había visto un certamen de Mister, de Misses sí, como público y jurado, pero nunca de chicos macizorros paseando palmito sobre una pasarela.
El panorama prometía. Un aforo a base de niñatas, niñatas pijas, y niñatas canis que no paraban de gritar. Aquello, más que un pase de moda, era como un concierto de David Bisbal. Todas con sus móviles en ristre, con cámaras claro, fotografiando a su candidato favorito, y gritando prebendas de guerra tales como "guapoooooooooo", "quítate el bañador", "ayyyyyyyy". Una vergüenza vamos, que yo no me puse a gritar como las locas porque tengo más estilo que ella, porque si no me hubiesen oído hasta en el Vaticano, ya que algunos merecían la pena.
De jurado una serie de chicas y chicos que ni pajolera idea, encabezados por la mediática María José Suárez, Mis España y cara conocida de la tele, que acaparó todos los flashes de la prensa allí congregada, el actual Mister España (¿cómo se llama el actual Mister España?) y Sergio Morantes, el periodista rosa, por gay no por corazón, de Contraportada en Canal Sur.
Y sobre la pasarela, 12 chicarrones del sur, de los que yo hubiese quitado a más de uno por piernas gordas, por demasiado cachas y por ser mas sieso sobre la pasarela que un Guardia Civil... Vamos que viendo a estas excepciones, el año que viene me presento al cásting(aún no he encontrado a David Delfín... A Amenabar constatemente e, incluso hoy, a Torito de TNT).
Allí aguanté como un jabato los tres pases, bañador(¡oh, dios, mio!) ropa sport y trajes de noche... Después tocaba las delibariaciones y mis pies no aguantaban más...
Pero cuál fue mi sorpresa cuando decidí irme y vi que el verdadero espectáculo no estaba sobre la pasarela sino en plena calle, donde un grupo de Capoeira había congregado en torno a ellos a un nutrido grupo de curiosos. De blanco inmaculado, aquellos chicos eran más candidatos a mister que muchos de los seleccionados para el certamen. Qué proporciones, que cuerpos más bien moldeados, que ritmo al son de palmas y sones tropicales y que derroche de agilidad y movimiento. Tanto torso sudoroso y desnudo (no brillante por el aceite corporal como el de los mister, más naturales) me dio hambre. De camino a casa me jamé un paquete de risquetos con sabor a queso. ¡Ahí es na! A estas horas no sé quien habrá ganado el tan ansiado título, pero yo me quedo con mis favoritos...
1 comentario:
perdona que te haga este comentario tan tarde pero hasta ahora los de prensa no me han avisado de tu blog. Me h hecho ilusion fijate. Efectivamente no soy periodista del corazón sino de crónica social. ah, y no me apellido Morantes, sino Morante ejem, en singular. Gracias. SERGIO
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