miércoles, noviembre 28, 2007

Criticar por Criticar

Acabo de leer en prensa que han detenido en Francia a un supuesto o presunto (nunca me aclaro) asesino en serie de personas homosexuales. Lo más curioso de esta información que acaba de saltar a la palestra pública es que el propio culpable de asesinato tenía también una tendencia homo.

La verdad es que no me ha sorprendido para nada, aunque lo resalte y pueda parecer contradictorio, que una persona homosexual asesine a otros de su misma condición. Dicen que las mujeres son entre si sus propias enemigas mas acérrimas, pues los gays, que dicen también, no ha salido esto de mi boca, que aglutinan en su ser todo lo peor de las féminas, también tienen entre ellos a sus mas odiados adversarios.
La envidia es muy mala y esta por todas partes. Esto es más verdad como que el sol sale y se pone todos los días, o eso parece. Hay entre el sector homo ciertas personas que sienten verdadera aberración por los seres de su misma tendencia sexual, llegándoles a anular de su entorno, y la verdad es que merecería un buen psicoanálisis que yo, no siendo un experto, tampoco me aventuraría a esbozar, pero de la que si puedo trazar algunas líneas.
Hipótesis una: actitud propia de una persona que no termina de aceptar su homosexualidad, aunque en algunos casos rozan y superan la edad madura, y que por eso no pueden tener cerca a un gay que le recuerde lo que es y no acaba de convencerle. Esto es mas o menos como el reflejo en el espejo de una persona gorda y que le recuerda a diario que esas son las carnes con las que debe convivir de por vida. Jode y esto es lo que le pasa a estas personas con los homos.
Hipótesis dos: la pura envidia, sobre todo en casos de personas que se sienten inferior a otras de su misma especie y que no descansan en su intento por hundir o atacar al susodicho. Esto no es propio de la tendencia homo, es algo muy típico de la especie humana, pero que los gays al ser tan malas se convierten en verdaderos abanderados de un sentimiento tan común y que no aporta nada.
Hipótesis tercera: el aburrimiento. Personas sin vida propia y que disfrutan tirando piedras contra los tejados ajenos. Tampoco es intrínseco de los homosexuales, pero de nuevo, movidos por su maldad, hacen de esta sensación otro de sus estandartes.
No se si ha quedado claro lo que he intentado esbozar en esta extraña tarde en la que la mucosidad y las pocas ganas de sudar en el gimnasio me han sentado en la mesa camilla, mientras mi otro yo visiona un video sobre los chacras y no se que ocho cuartos, a divagar sobre la envidia, las personas malas por naturaleza, que no de apariencia, y todo aquel que no se siente realizado si no es a costa de pisotear a los demás. Vive y deja vivir... Que yo sobreviviré.

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