Debo reconocer que me encanta la polémica y gracias a ella vuelvo a enfrentarme al ordenador, a mi personal blog, y me dispongo a escribir. La que ha liado el fotógrafo extremeño, popularmente conocido como JAM Montoya, y, sobre todo, la Junta de Extremadura por financiar un libro con sus "originales" fotografías". Si no están al tanto de la cuestión supongo que no entenderán por qué puede levantar polémica la edición de un libro, aunque se compren o lean pocos. Vamos al grano. El libro de este innovador de la fotografía se llama 'Sanctorum', y en él hace un recorrido por todos los santos del santoral, incluido Jesucristo, digamos que, de una manera poco religiosa y mucho más profana y humana.
Para la realización de estas imágenes el autor se dedica a exaltar la sexualidad de los santos, ya sean masculinos o femeninos, como una faceta inherente al ser humano independiente de cualquier creencia o religión. "El sexo es la vida y está inscrito en nuestra naturaleza, a pesar de que la religión católica esté obsesionada por negarlo", dice el creador en su página web, www.jam-montoya.es, altamente recomendable para saber de lo que estamos hablando. Es decir que al buen hombre no se le ocurre otra cosa que mostrar desnudos a San Sebastián, Santa Clara, y otros santos y hombres de fe, ya sea desnudos o luciendo sin pudor un notable y vistoso extado de excitación. Sin embargo, la imagen que ha levantado más polvareda y que ha hecho saltar las chispas entre los políticos del Partido Popular es una en la que aparece Cristo, el hombre, masturbándose.
Y digo yo, desconozco si los santos, antes de alcanzar el cielo y la dimensión celeste, eran seres terrestres o ya eran etéreos, pero si Jesús era hombre, antes de que lo divinizaran, por mucho que les duela los oídos a los católicos recalcitrantes, el buen hombre se masturbaría para darse placer e idem de los mismo con el resto.
Me parece una interesante perspectiva para ver el panorama santoral en una época en la que parece que el sexo lo es todo entre la gente. Ahora bien, también entiendo la trasgresión y la polémica, ya que no todo el mundo ve con la misma libertad esta predominancia sexual y menos cuando se cuela en algo tan sagrado para ellos, como la religión. De nuevo el problema es de limitación mental y el hecho de no saber separar el arte de la realidad. Si nos acercáramos a estas imágenes, alejándonos de nuestras creencias, podríamos valorar mejor el vanguardismo de un creador que provoca con cada flash de su cámara.
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