lunes, enero 24, 2011

La barrera de lo público y lo privado

En los últimos tiempos vivimos colgados en la red. No quiero decir que vayamos penduleando y haciendo equilibrios por la vida cual trapecistas de circo, que también, sino que cualquier paso que damos dentro de nuestra faceta personal al instante está colgado en Internet a modo de foto o comentario en las numerosas redes sociales, blog o páginas diversas que circulan para tal efecto en la red. Y esto tiene su peligro y si no que se lo digan al cantante francés Emmanuel Moire, del que no tenía ni pajolera idea de que existía, pero cuyo caso me viene como anillo al dedo para hablar sobre este tema.
Al parecer este cantante colgó tres imágenes suyas para disfrute de los internautas en la web guyswithphones.com, una página que invitaba a sus usuarios a fotografiarse con el dispositivo telefónico Apple en poses atrevidas o provocativas. Y Emmanuel se lo tomó al pie de la letra posando en una de las instantáneas como su madre lo trajo al mundo, en plan cani, con el móvil en la mano y posando delante del espejo de su baño. Lo que no sabía el chico, o sí, es que alguien iba a utilizar esta fotografía para difundirla por Internet, con el consecuente revuelo que ha despertado en Francia, su país, donde el chico tiene fama de cantante ñoño y poco atrevido.

Publicar el desnudo de una persona, famosa o no, por interner es un delito penado de una forma cada vez más rígida, pero en este caso, cabrían discrepancias a la hora de aplicar la ley, ya que fue el propio Enmanuel, el que las subió a esta plataforma donde los chicos suelen entrar a ligar. Y es la verdad. Porque si tu no quieres que circule por la red una foto tuya en actitud comprometida o ligerito de ropa o directamente sin ella, lo que no puedes hacer es subirla; aunque se trate de una web que animaba a los usuarios a hacerlo.

Y la verdad es que con la llegada del Tuenti o el Facebook, los usuarios vivimos pegados a un ordenador, subiendo fotos y más fotos de todo y cada uno de los pasos que damos en el día. Que si me compro un donut, que si me he sentado porque estoy cansado, ahora me saco un moco, con mis amigos pedo y haciendo el tonto por la calle y miles de situaciones mas que, muchas veces, al resto de los mortales no nos apetece que compartan con nosotros. Por no hablar de los menores en estas redes y los peligros que supone subir material gráfico de este tipo.

Si algo caracteriza a esta época que vivimos es el concepto de público. El resto de los mortales queremos ser famosos todo el día y nos gusta ver publicada nuestra vida en Internet, como si del Hola o Lecturas se tratase, por no hablar de la gente, que eso ya será otro capítulo, a la que le gusta mostrarse por videoconferencia mientras mantiene relaciones sexuales, con alguien o con ellos mismos. Cada vez son más y más prolíficas las páginas al respecto. Los tiempos cambian, pero siguen dándonos sorpresas, gratas y no tan gratas, ¿verdad, Enmanuelle?

No hay comentarios: