Ironías de la vida, el símbolo macho por excelencia del machismo mundial puesto en tela de juicio por sus posibles inclinaciones sexuales. Aunque cuando explique los motivos que llevaron a la buena señora a pedir consejo médico, se entenderá todo mejor. Al parace, Arnold, bueno, al parecer no, que lo ha contado él, tenía el dormitorio lleno de posters de tios musculoso y semi desnudos. Su madre debió pensar que tanto aceite no era bueno, vaya mente arcaica, por cierto, y corriendo que se fue al doctor. No tendría otra cosa que hacer la señora.
“Cuando era joven las paredes de mi habitación estaban cubiertas de posters de culturistas. Cuerpos masculinos, desnudos y cubiertos de aceite. Y eso preocupaba a mi madre, así que le pidió consejo al médico de familia y le pidió que echase un vistazo un día", contaba el actor en la citada publicación. "¡Otros chicos tienen las paredes llenas de fotos de mujeres, pero mire lo que hace el mío!’", le dijo la señora al médico.
Arnold se libró de las paranoias de su madre gracias a que "tuve la suerte de que el doctor, un hombre inteligente, la calmase y le dijese que todo el mundo tiene sus ídolos. "Otros pueden colgar posters de los Beatles, que también eran hombres", le dijo el médico a su madre, según el actor, acabándola de convencer con un: "Mirelo así, Sra. Schwarzenegger: ¡si es un atleta seguro que no empezará ni a fumar ni a beber!".
Esta anécdota que puede parecer graciosa o, al menos, simpática no es algo lejano y olvidado en el tiempo, desgraciadamente. Seguro que en pleno 2011 se siguen dando casos similares, no sólo entre personas de cierta edad, sino entre gente joven, que sigue confundiendo churras con merinas. Gente para la que un chico tiene que estar con chicas y si no... gente para las que un chico tiene que jugar al fútbol o liarse a mamporros con sus amigos, ya que si te gusta la música, la literatura, el baile o el arte en general... Y no es algo banal, ya que hay muchos chicos que lo pasan mal en el colegio a cuenta de esto y declaraciones como las que ha hecho Arnold, aunque no salven el mundo, pueden servir para que vayamos, poco a poco, no nos vayamos a tropezar, abriendo nuestras mentes. Leer esta anécdota, reirnos, puede ser un eslabón mas, hay que ser confiados, para darnos cuenta de las pocas luces que tenemos a veces y de lo que nos gusta complicarnos la vida.
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