lunes, septiembre 11, 2006
Esperando el planillo
Así me encuentro una nueva mañana de lunes en la que la actualidad nazarena vuelve a agolparse en mi cabeza sin saber por donde meterle manos. Las 11:24 minutos y aún no tengo entre mis manos esa herramienta necesaria para todo periodista, el planillo, con el fin de poder maquetar mis páginas y redactar mi contenido de esta semana.
Este es el segundo número después de las vacaciones y parece como si no hubieran existido unas vacacciones de por medio. La costumbre,él hábito o como quieran llamarlo, pero las cosas no cambian y mis queridas compañeras, las comerciales, se toman su tiempo para elaborar ese planillo.
Comienzo una nueva semana después de un finde algo chungo en el que la garganta me ha dado algún que otro quebradero de cabeza y algunos momentos de fiebre o destemplanza. También se inicia un nuevo lunes sin que los inpetos de una compañía de comunicaciones de la que no quiero dar su nombre, empieza por W y termina por doble O,hayan solucionado una incidencia que se denunció el jueves. Supongo que seguirán comprobando, pero yo de esta noche no paso y no aguantaré mas comprobaciones... Es increible que en 11 días de alta haya tenido ya doble incidencia, no...
Ayer estuve en la playa. Cuando ya muchos miran con prisa al otoño y su estilo de vida, yo sigo aferrándome al verano, porque, afin de cuentas, aún es verano. La playa me relaja, la playa me gusta, la playa me hace más llevadera ese periodo del final de la semana en el que tu mente, más adelantada que tu cuerpo, como de costumbre, ya piensa en un nuevo lunes. Esa parte del domingo en el que los protagonistas de la televisión son los nuevos inquilinos de Guadalix de la Sierra, en la octava edición de Gran Hermano. No sé como se las ingenian para hacer que cada edición cuente con alguna sorpresa o polémica que cada vez son menos creíbles. En esta ocasión ha sido la elección del concursante al azar. Todos vimos que era un 7 y no un 1, pero eligen a una concursante chana que luego resulta no ser la elegida y que sorprendentemente no ha pasado las pruebas de aptitudes. Perfecto, vía libre, para que los de la productora solventen su error y meter a la verdadera ganadora, una chica menos chana pero con cara de dar más juego, que, sorprendentemente, si ha pasado las pruebas... Esto es Gran Hermano, mientras que dentro ya comienzan los mismos rollos de siempre, de dimes y diretes y malos rollos que se avecinan.
Ya estamos en lunes, y mi mente ya piensa en un nuevo fin de semana...
Sigo esperando el planillo y mis tripas comienzan a amenazar mi estabilidad física y psíquica con un pequeño gorgojeo que pronto se convertirá en un concierto a bombo y platillo del Orfeón Donostierra. Entre todo esto, también te sigo esperando a ti... Ya queda menos.
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