sábado, septiembre 23, 2006
Mamá, quiero ser modelo
Desde que el otro día leí en prensa que el diseñador David Delfín no tenía problemas con sus modelos, sobre todo los masculinos, ya que los escogía por la calle, ando medio loco(como cantaba antaño una de las mujeres más populares de España, según las encuestas, Isabel Pantoja) buscando a David Delfín por las calles. No sé si servidor entrará dentro de sus cánones de belleza, pero, mira, no querría yo alcanzar una edad, ya sabes, más madurita sin haber pisado una pasarela, aunque sea la de la moda otoño-invierno de Los Arcos.
Dejando aparcada, si la zona azul lo permite, a un lado la ironía, y obviando el modelo que salió en la foto de los papeles, con esas marcas de camiseta tipo obrero de la construcción o ciclista, que tanto morbo me dieron, me parece una buena medida para acabar con toda esta mala imagen de la delgadez, la anorexia, las modelos enfermizas y toda la paranoya que rodea al mundo de la moda. Si esta intenta dar un reflejo de lo que se va a llevar en determinadas temporadas y que se supone que habrá gente, algunas, digo yo, que se la compre para lucirlo, ¡qué mejor!, que sea la gente de la calle la que la luzca para lograr una mayor identificación del público con los modelos expositados... Pero, ahora bien, todo esto sigue siendo engañoso o una navaja de doble filo, ya que el señor Delfín no coge de la calle a cualquiera, no, no me coge a mi con esos gramas de grasa que aún me cuesta algunos sudores más de gimnasio, ni al camarero de la tasca de debajo de mi casa, con su funda nórdica bajo el uniforme. No, coge a este chico, con cara de muñequito de todo a cien o un euro, pero con un torso por el que firmaría ahora mismo con el diablo para tenerlo... De nuevo, la pescadilla que se muerde la cola y el culto por el culto al cuerpo. Ni chicos de la calle ni nada... Yo, para mi consuelo, seguiré curtiendo mi cuerpo en el gym por si para la próxima edición de Cibeles a David le da por darse una vueltecita por Sevilla y descubrir mi potencial para la moda...
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