Primero fue David Delfín y ahora ha sido Antonio Miró, y yo sigo sin mi oportunidad para ser modelo. Delfín apostó por llevar a la pasarela para lucir su colección a chicos de la calle, que no chaperos, y ahora ha sido el turno de Antonio Miró. El diseñador ha querido dar un paso más e implicarse más socialmente en la presentación de su colección otoño-invierno en Barcelona, subiendo a las tablas, al epicentro de la moda internacional, a chicos negros, a inmigrantes de pateras. No, no es una coña, ni pretendo hacer leña de un tema tan serio, pero es la puritita realidad. Concretamente eran ocho extranjeros senegaleses que realizaron sus primeros pinitos en un escenario ambientado con una patera y unas cajas de mercancías. Para Miró esta era su peculiar manera de realizar una obra caritativa. En palabras del diseñador catalán, "Lo único que les puedo dar es esto y hacerlos felices al poder hacerse una foto con Eto'o", que asistió de público al desfile.
Desde aquí vuelvo a lanzar un mensaje desesperado a Miró, Delfín o cualquier modisto del tres al cuarto que se precie a contratar a este plumilla, que no hombre con pluma, para lucir sus diseños aunque sea en el Alcampo. No soy inmigrante senegalés ni un preso de la cárcel Sevilla II, soy un chico normal, de los de andar por casa, pero con una porte y unas ganas de desfilar que ni Cayetano 'Soso' Rivera en Milán.
Por si alguien lee este mensaje y tiene un alma caritativa y buena, le doy mis datos técnicos: morenazo, 185, 80 kilos de peso mas o menos, atractivo, fortote... Ahora todo depende de ti...
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