A veces me pregunto si realmente le gusta provocar y estar en el ojo del huracán de vez en cuando o si sólo se deja llevar por la libertad que debe tener cada persona para hacer o decir lo que le de la gana. Estoy hablando de Isabel Pantoja, el personaje más rentable de la prensa del corazón, el mas perseguido y cuestionado, así como el más odiado. La Pantoja, tras varios meses de silencio y reclusión ha vuelto a la palestra pública concediendo una entrevista exclusiva a la revista Hola. Lo que para otros artistas o personajes famosos supone un acto casi fisiológico, como ir al baño, para Isabel es como ponerse en el paradón para recibír las piedras en los próximos días de todos aquellos tertulianos de prensa social, que llenarán de contenido los programas amarillistas despellejando a la artista y haciendo leña del árbol caído con sus declaraciones.
Y, a veces, no siempre, no les falta razón. La Pantoja ha concedido esta entrevista a punto de cumplirse 24 años de la muerte de Paquirri. Pero aquí no queda la cosa, la artista, reina de la copla para muchos(entre los que me incluyo), aparece en la portada, posando con su hijo delante de un retrato inmenso del torero. Isabel está muy guapa y juvenil, aunque más delgada, gritando alos cuatro vientos que "mi Francisco es el hombre de mi casa". Entre estas palabras y la imagen delante del retrato, para muchos la cantante, por enésima vez, declara a los cuatro vientos, aunque de manera indirecta, que lo suyo con Julián Muñoz es como la historia de los dos barquitos que se cruzan por la mar y se dicen adiós con el pañuelito. Aunque claro está, la última palabra la tiene la Pantoja, que, quizás, dentro, ya que no he leído la entrevista, aclare o no este punto.
Si no fuera poco con esto, el hombre de su casa, que luce hasta más guapo en esta portada, completa la historia afirmando que "mi madre me ha contado que conoció la felicidad completa", en pasado, y con la imagen del torero. Blanco y en botella.
Me alegro de ver a Isabel radiante en esta portada pero, insisto, me alegraré mucho más el día que la vea en la prensa anunciando un nuevo trabajo discográfico que suponga su vuelta al ruedo musical, esperemos, que renovada y con más fuerza, cual ave Fénix. Porque estoy cansado de Julián Muñoz, estoy cansado de los malayos, cansado de los malos rollos y del oscurantismo y las malas caras que rodean la vida de la artista.
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