viernes, marzo 10, 2006

La historia interminable


Ayer me terminé La Sombra del Viento. Sí, lo reconozco, soy uno de los miles de españoles que han caido en las redes de Ruiz Safón de las que no he logrado salir en más de un mes. Si tuviera que elegir una primera impresión para describir lo que me ha parecido el libro sería: decepción. Cuando me lo prestaron, unas compañeras de trabajo me aseguraron y me perjuraron que me iba a mantener en vilo y muy enganchado a su lectura... O se han equivocado de libro o no me ha causado la misma impresión, ya que, entre lectura y lectura en mi mesa de camilla, la historia de Julián Carax me ha parecido algo cansina si de un best seller estamos hablando.
Para poner en contexto al despistado o despistada que aún no lo haya leído, la trama cuenta la historia de Daniel, un niño que, acompañado por su padre, recae en el llamado cementerio de los libros, donde residen millones y millones de tomos abandonados. En aquel peculiar lugar, Daniel escoge para su lectura una obra de Julián Carax, La Sombra del Viento, que, sin saberlo, lo va a sumerger en un compleja y cruda historia que le quitará el sueño. Impresionado por la novela, el joven hijo del librero decide no parar hasta conocer la verdadera historia del hombre que logró con su literatura mantenerlo ocupado leyendo durante toda la noche.
En esta sufrida y no exenta de disgustos búsqueda se enfrasca el autor durante unas interminables 450 páginas, hasta que el libro comienza a ver la luz y el desenlance final. Es en ese justo momento cuando la novela despertó mi interés y logró levantar durante la lectura algún que otro suspiro.El libro está muy bien escrito y se nota en todos y cada uno de sus párrafos. Algo poco habitual en los best seller más proclives a la lectura fácil. Lo que le pasa es que se enrolla demasiado en una parte preliminar que podría haber resuelto más ligeramente, en unas 200 páginas, por ejemplo, para no privar al lector de la verdadera bomba de su liiteratura. Enmarcada en una Barcelona de entreguerra y posguerra, Safón logra clavar una perfecta simetría o similitud entre la vida del literato buscador y el literato buscado que será inestimable para resolver la trama.
En fin, muy recomendada para largas tardes de invierno acurrucado en una mesa camilla con la estufa puesta y sin prisa por terminarlo...

1 comentario:

Anónimo dijo...

He aquí una de las compañeras de trabajo que se atrevió a recomendar semejante libro al Portero. Y con todas las consecuencias. No comparto la idea de decepción y aburrimiento, ya que me encantó la maestría de Ruiz Zafón, que ha conseguido que un best seller no sea una simpleza, ni un código "lo que sea", ni ha caído en el fast food intelectual, que se está cargando la grandeza de las letras en este país. Cuenta, no una historia, sino varias historias, a cual más interesante, y reconozco que yo no tardé un mes en leérmelo, me lo bebí en unas pocas tardes no de invierno, sino de verano. De todas formas, no es la primera vez que el Portero y yo discrepamos, aunque todo nos lo decimos con cariño, ¿a que sí? En fin, la próxima vez que recomiende algo, consultaré primero a mi abogado.