Ante todo, dar la enhorabuena a Javier Bardem por lograr su primer Globo de Oro, como mejor actor de reparto, por su papel de psicópata en la peli de los hermanos Coen, No es país para viejos. Ya se lo mereció en su momento por su interpretación de Ramón Sampedro, en Mar Adentro, pero claro era un film español y ya sabemos como son los americanos.
Ahora es cuando debe salir mi vena fiel para decir que yo ya seguía a Bardem cuando hacía pelis que la gente criticaba, porque era cine español y hace unos años estaba muy mal visto ver y los que hacían cine en España. Eran los tiempos de Jamón Jamón o Huevos de Oro, dos pelis que marcaron mi adolescencia y que me dejaron enamorado del porte y la figura de Bardem. Ese look amachotado, esas facciones tan marcadas, que lo hacían tener un atractivo difícil de ver, pero irresistible, acompañado por unas cintas en las que el galán se lucía como nadie. ¿Cuántas fantasías habré tenido, ¡cuántas!, con esas escenas de la peli de Bigas Luna en la que que Javier lucía en ropa interior, o toreaba desnudo una vaquilla y aquella otra en la que se tiraba a la protagonista mientra se comía un diente de ajo? Luego llegarían otros títulos muy dispares y que confirmaban la versatilidad y el punto camaleónico de Bardem, como uno de sus papeles cómicos que mas me han gustado, Boca a Boca, en la que dejaba relucir una vena sensible de la que carecían sus primeros papeles, Perdita Durango, Éxtasis(muy buena) o su incursión en el universo Almodóvar con el papel de poli minusválido en Carne Trémula. Pero una de las que más me sorprendió, por su temática, ha sido Segunda Piel, una peli que nos ha regalado a la comunidad gay uno de los momentos más morbosos del cine, al posibilidad de ver a Javier haciendo de homosexual y enrollándose y follando con otro icono sexual, Jordi Moyá (No sería la última vez que interpretase a un homosexual, también hizo de Reinaldo Arenas en Antes de que anochezca).
Pero claro, ahora Bardem hace cine en América, sale con Penélope Cruz (directora de casting de todos los actores con los que comparte papel en la gran pantalla), y es portada constantemente del Hola y otras revistas de glamour. Algunos que lo conocían dicen que ha cambiado mucho y que no quiere acordarse de cosas del pasado. Pero eso es normal en personas que han dado un giro radical a sus vidas y de los que se comienza a hablar ya como una gran estrella. Ahora irán a ver sus películas los que definirían sus trabajos iniciales de horteras y de mal gusto, lo mismo que le pasó a Pedro Almodóvar tras ganar un Óscar, que comenzó a reconocérsele en España y la gente dejó de hablar de él como un tío raro que sólo hacía pelis de maricones. Menos mal que Pedro tiene la cabeza muy bien puesta(además no le falta) y nunca olvidará sus raices. Por eso lo seguimos admirando los que aprendimos de la homosexualidad viendo a Banderas y Poncela amándose en La Ley del Deseo.
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