viernes, febrero 08, 2008

Un terrón de azúcar

Vale, este post puede tener su poquito de rencor. Lo asumo y reconozco. Por un día dejo aparcada mi vena de crítico de cine para hablar de hombres. Pero no de toda la especie masculina, sino del hombre gay, vamos cerrando el círculo, el hombre gay entre los gays de todo el mundo, Mr Gay Internacional 2008.
El afortunado, entre comillas dobles o simple, según quieran dotar a la expresión de ironía o declaración textual, se llama Carlos Melia, tiene 33 añitos y es argentino, por lo que si lo escuchara hablar seguro que me conquistaría, ya que por su físico me ha dejado indiferente y muy cabreado. Seguro que esta pregunta se la habrán hecho muchas veces, pero esta ocasión es una buena oportunidad para reincidirr en ella: ¿Qué tiene este argentinito lindo para ser el gay oficial del mundo entero? A mí que me lo expliquen.
No vamos a negar, sería de zorra celosa y envidiosa, que el muchacho lo vale, que tiene cuerpo, fibra, músculo, y... ¿y? Porque ya me dirán donde va con esa carita el pobrecico mío. Si parece sacado del reparto de ultracongelados de los pequeños comercios de mi barrio. Con todos mis sinceros respetos a estos señores repartidores que algunos derriten la mercancía y hubiesen merecido quizás el premio.
Pero como yo soy un grano de arena entre la gran playa de millones de granos de arena del mundo gay no voy a cambiar nada mostrando mi desacuerdo. Además, estoy malito y no me apetece debatir mucho. Me alegro por él y, que conste, (y esto que no se entere mi maridito) no le haría asquitos si apareciese con esa toalla en la sauna de mi gimnasio. Era por poner la puntillita, que ya saben, queridas amigas y amigos, que me encanta, como echar un terrón de azucar al café.

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