sábado, febrero 09, 2008

Vida versus muerte

Cine en casa (y III)

Admito que no tenía ni zorra idea de que podía existir esta película. Soy aficionado al cine de temática homo, pero El Masajista, o como reza su título original, The Masseur, una peli filipina del año 2005, no estaba entre mi videoteca gaypride obligatoria. Pero nunca es tarde si la dicha es buena y creo que en este caso es positiva. Gracias a un regalo de cumple y a un refriado que me ha permitido ver en una semana más cine en casa que en un mes, disfruté ayer de una película muy visual, porque de trama anda escasa.

"Ilíaco es un chico de 20 años masajista en una sauna de clientela gay. Al morir su padre, Ilíaco emprende un viaje a su lugar de origen, enfrentándose al dolor pero sobre todo a las preguntas sobre el amor, la vida y la supervivencia".

Esto es lo que dice la sinopsis de la película, pero lo que yo vi fue otra cosa: un duelo entre la vida y la muerte a través de unas escenas bellísimas tanto por una como por la otra parte. Durante la hora y cuarto que dura, no es muy larga ni pesada de ver, la trama transcurre en la sucesión, en una mezcla, de planos del velatorio del padre de Iliaco y de su trabajo en una casa de masajistas para clientela gay. No sé cuál de las dos vertientes es mejor. Porque las de la muerte, incluida la minuciosa recreación del amortajamiento del difunto(fusionada con uno de los masajes de su hijo a uno de sus clientes en una sucesión escalofriante entre los placeres de la vida y la frialdad de la muerte) y el velatorio, así como el entierro, junto a un campo de baloncesto en el que sigue la vida mientras se está dando sepultura a un cuerpo inerte, es genial. Pero tampoco se quedan atrás los planos, la mayoría cenitales, de las cabinas de masajes, en las que los chicos se afanan con sus cremas, sus manos y todo su cuerpo en complacer a los clientes, además de entablar conversaciones y satisfacer su curiosidad en unas escenas muy simples pero llenas de contenido. Porque, sabían que los masajistas no son como las putas "porque no nos arrastramos por la calle en busca de clientes, nos preparamos para esto y son los clientes los que nos buscan"; o que además de dar masajes, pueden masturbar, hacer mamadas y hasta un griego, pero nada de besos, "eso lo reservamos para nuestras novias".
En fin, a pesar de la escases de recursos, rozando casi el cine amateur o casero, la belleza de sus escenas, su erotismo, que no pornografía y el realismo visual la hacen digna de ser contemplada. Pero eso sí, olvídense de argumento y de una peli con principio y fin.

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