
Pero mientras tanto, aquí saca partido hasta el apuntador, incluso, los que podríamos considerar los principales damnificados de esta historia, Jesulín de Ubrique y María José Campanario. Ya que, a pesar de lo poco agradable que les debe resultar a la pareja ver a esta señora hablando constantemente de ellos, parece que han decidido subirse al carro y sacar partido al asunto. A las últimas entradas por teléfono de la Campanario en algunos programas de televisión para defenderse a diestro y siniestro, se suma su marido, el principal protagonista, Jesulín de Ubrique, quien, al parecer, negocia una entrevista con la revista Hola hablando de su relación con Belén Esteban. Al parecer lo que podría cobrar el diestro aún no está cuantificado, aunque se habla de cifras astronómicas.Su aparición sería en solitario, sin Campanario de por medio, para contar la que sería su verdad.
Por una parte, me parece bien que el Jesulín conceda esta entrevista y se beneficie económicamente de ello, como lo hacen terceros a su costa. Una forma muy bien remunerada de resarcirse de los posibles daños morales que este tipo de declaraciones y programas le hayan podido infringir. Aunque, como todo en la vida, esto también tiene su cara B y luego que ni el torero ni su feliz y orgullosa esposa se quejen de falta de intimidad o de que se meten en su vida; cuando ellos también entran en el juego y lo rentabilizan. El que algo quiere algo le cuesta.
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