Por algo la llaman la profesión más antigua del mundo, porque lo es y lo sigue siendo, y lo será, mientras exista la necesidad del sexo no complacida por otras vías y la necesidad de ganar dinero por esta via. Y antes de que las vías me hagan el chichi un lío, paso al quid de la cuestión de que un jueves a las 23:00 horas me siente en la mesa camilla para hablar de la prostitución. Si están intentando matar al Duque en estos momento en Tele5...
Como ya he visto el capítulo esta tarde en Internet, quería comentar con vosotros la noticia que apunta que la prostitución masculina ha resurgido, cual Ave Fenix, en los últimos meses en España. Así lo revela un estudio elaborado por la Fundación Triángulo y que estima que la cifra de varones que se dedican a este digno oficio se ha triplicado. La edad media de los chaperos en España está en torno a los 26 años, con profesionales que van de los 16 a los 39 años, aunque los casos de menores se consideran "anecdóticos".
El estudio señala a Internet como la principal fuente de publicitación y contacto, al ser un medio discreto y que no deja rastro, además de definir esta dedicación como algo temporal, tan sólo de 19 meses, con el fin de lograr un objetivo, bien comprarse una casa o bien para montar un negocio.
También es curioso que más del 80 por ciento de los hombres que se dedican a esto son extranjeros, siendo la mayoria homosexuales, 46, 5 por ciento, seguido de los heterosexuales, 30, 7, y los bisexuales, 22,8.
El estudio considera como la principal causa o culpable del repunte de personas dedicadas a estos quehaceres a la crisis económica. Aunque si no entendí mal, la mayoría lo hace como un trámite con el fin de ganar "dinero facil" que invertir en propiedades o iniciativas empresariales, no por hambre o por penurias económicas.
Siempre he pensado, y quizás me equivoque, estoy en mi derecho, que todo aquel que opta por dedicarse a esta profesión está movido por un impulso vocacional, como el médico o el policía.No está movido solo por la necesidad, aunque haya casos extremos que recurran a esta alternativa, tan lícita como otras, como última salida. Te tiene que gustar y, como se ha dicho siempre, tienes que valer. Ya que todos hemos soñado o imaginado alguna vez si nos dedicáramos a la prostitución, pero sólo pensamos, en mi caso, en hacerlo con tios buenos y que encima me paguen (Sé que es un pensamiento frívolo). Pero ¿y si no nos gustan nuestros clientes? ¿Y si la mayoría son mayores y muy alejados de nuestro ideal perfecto? Ahí es donde empieza el verdadero profesional...
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