Este ha sido el año de Cristiano Ronaldo o, al menos, en el que mas titulares de prensa ha acaparado de su corta pero fructífera carrera como futbolista. Y eso siendo muy andaluz y exagerado, aunque a las pruebas me remito. A los ríos de tinta que corrieron este verano, durante la celebración de la Eurocopa, sobre su posible fichaje por el club de los galácticos, el Real Madrid, ahora sí, ahora no, donde dije digo digo que me quedo en Inglaterra; se suma ahora la concesión del galardón más preciado por los astros del balompie, el Balón de Oro, según lo ha anunciado la revista France Football.
El muchacho tiene una carrera imparable y la verdad es que yo me alegro por él, aunque se hayan quedado muy cerca de lograr este galardón tres deportistas españoles:Fernando Torres, en tercera posición, Iker Casillas en cuarta y Xavi Hernández, el quinto. Por una vez, vamos a dejar a un lado el amor patrio y reconocer la valía de este futbolista, aunque sea más conocida la persona que el deportista, víctima o verdugo como es de un físico que lo ha convertido en todo un símbolo sexual para mujeres y hombres de todo el mundo. Sus imágenes sin camisetas al final de un partido o sus robados veraniegos en esos shorts tan cortos y ajustados han dado más veces la vuelta al mundo que las instantáneas de sus goles. Es imagen publicitaria de varias firmas, su imagen copa las portadas juveniles del globo y cuando sonríe, el niño de la cara traviesa y el cuerpo perfecto es capaz de derretir al mas pintado.
A todas estas cualidades se le suma ahora la de ser un chico de oro. Larga vida a Cristiano Ronaldo, a sus posados veraniegos, a su torso y, por qué no, a sus goles y logros futbolísticos.
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