Y yo que pensaba que lo de mear en la vía pública a cualquier hora del día, sobre todo con nocturnidad y alevosía, era cosa de los machitos sevillanos que un sábado a las 8 de la tarde ya no saben ni lo que hacen (consecuencias del alcohol, y no el etílico) y se sacan el grifo en cualquier rincón público. Pues mire usted por donde que me he equivocado. Vamos que cría fama y échate a dormir.Los extranjeros también dan muestra de esta manía que en muchos sitios, creo que en Sevilla también, está multado como un delito y penado con una cuantía económica.
Por lo que se ve es algo que va intrínsecamente unido al hecho de ser hombre, aunque las mujeres también hacen uso de la vía pública, pero, como con todo en la vida, lo tienen más difícil. Hombres del mundo, sean anónimos o famosos, no nos aguantamos los apretones urinarios y nos desahogamos en cualquier sitio.
Los personajes públicos lo tienen más difícil, porque además de poder ser pillados por los viandantes que circulen por esa zona, pueden ser cazados por los tan molestos paparazzi. Si hace unas semanas se publicaba en la prensa extranjera la pilila, por decirlo cursimente, del principe Guillermo de Inglaterra en un descanso de un torneo de polo, ahora sale a la luz la pillada de Mark Wahlberg, actor americano (¿lo recuerdan en El planeta de los Simios o Boogie Night) evacuando líquidos innecesarios en plena calle y a plena luz del día. Menos mal (desgraciadamente para algunos, el menda incluido) Mark lo hizo, como es más común, sobre una tapia y el objetivo lo ha pillado de espaldas. Eso sí, el chorrito se aprecia, pero peor parado resultó William, el príncipe, ya que se le ocurrió hacerlo sobre un vallado y el fotógrafo estaba frente a él.
Aunque no lo voy a negar, destapando uno de mis morbos, que tiene su aquel ver a un chico en estas vicisitudes, al menos para mí; es un engorro que se realicen estas prácticas en la calle, volviendo a Sevilla, ya que hay zonas por las que no se puede pasar si no vas con una mascarilla del olor tan fuerte que desprenden algunas esquinas. Hay que saber controlar más la vejiga y aprovechar los baños públicos para deshechar este tipo de líquidos dorados, que es símbolo de placer en algunas parafilias. Por ellas, que algunos sigan meando en la calle, pero que no se generalice.
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