viernes, enero 09, 2009

Muerto el perro, se acabó la rabia

Se había hablado mucho sobre el fin del Duque, el famoso protagonista de Sin Tetas no hay paraiso, sobre todo tras la filtración de unas imágenes del rodaje del último capítulo. Que si Rafael moría o no, que si se casaba con Cata y tenían hijos, etcétera. Para despistar al público y mantener la tensión, desde la productora se aSeguró que se habían grabado dos finales y que no se sabía cuál de ellos iba a ser el elegido. Supongo que esta era una simple estrategia de despiste, ya que finalmente el final de Sin tetas era el esperado y, para mi gusto, el deseado.
Será que somos malas personas, pero todos deseábamos, al menos yo, que el Duque pagase por todo lo que había hecho a lo largo de su trayectoria profesional. Aunque estaba muy bueno, pero era un delincuante que traficaba con drogas y en cuyas manos, directa o indirectamente, habían muerto muchas personas. Supongo que por eso le deseábamos la muerte, aunque esta no deba desearse a nadie. Pero, murió. Cuando parecía que todo iba a ir de color de rosa, el Duque cae muerto en medio de una plaza pública a manos de Morón, un peligroso narcotraficante colombiano, al que había traicionado.
Ese ha sido el precio de su paraiso, aunque los guionistas, con una dramática voz en off del protagonista, optaron porque Rafa, una vez muerto, o en ese momento del limbo, justificase todos sus actos por amor a Catalina, asegurando que si ese era el precio que tenía que pagar, morir en brazos de su amada, era un precio bien pagado. Aunque lo mejor es ver a Cata, esa niña de cara angelical, que por amor a su Duque es capaz de matar a su marido, secuestrar a unos médicos y cosas similares, entre reja, pagando por sus delitos, porque son delitos, por mucho amor que haya de por medio.
Por lo demás, el capítulo fue poco creible, a veces, irrisorio, previsible y con momentos muy blandengues y pastelosos, demasiados, diría yo. No me extraña que, aunque tuvo una buena cuota de share, 30,1 por ciento, no fue lo más visto del día. Lo mejor, los que lo vieron me entenderán, el momento bocadillo de jamón en pleno tiroteo con la Guardia Civil o que esta vaya detrás de la Jessi, que intenta huir en coche y no deje a ninguno vigilando la casa para que no se escapen el Duque y Catalina. En fin, ¿y qué me dicen del momento secuestro de los médicos a manos de Cata? No se lo creía ni ella.
Dicen que quieren hacer una secuela, un spin-off, con la vida de Catalina Marcos en la carcel. No le auguro un buen futuro, porque, asumámoslo, la serie se sostenía con Miguel Ángel Silvestre, con su encanto físico, que no personal. Y si este no está... Muerto el perro, se acabó la rabia.

4 comentarios:

Fae dijo...

Está claro que lo del Duque ha sido un fenómeno de masas. Sobre todo para ti, ladrón. De cualquier manera, ha marcado un antes y un después en la ficción nacional. Muerto o no, seguro que lo vuelves a ver en otra por el estilo. A lo mejor se encasilla en el personaje, fíjate.

Fae dijo...

Soy Fae. Es que he creado un blog para mi instituto y me ha salido sin querer ese nick. Nos vemos.

El portero dijo...

Si el proyecto Duque se ha terminado es por, entre otras cosas, porque su protagonista no quería seguir en él. No creo que se encasille, ya ha hecho algo de cine y cosas diferentes unas de otras.

Fae dijo...

Tío, que debo ser yo muy torpe. Vamos, algo más. Ayer de madrugada vi el último episodio, que por sorpresa puso T5. Resulta que cuando lo tirotean en la plaza, la Cata secuestra un coche, y se sobrenetiende que se levanta y se meterá en él. Lo siguiente es una imagen que pone sopreimpresionado TRES AÑOS DESPUES y se ve a la pareja con un niño en un jardín y tal. Cierto lo de la voz en off, pero es que dice que el que muere es el Duque (el narco) pero no Rafael, el amante... Diréis lo que queráis, pero para mí el nota sigue vivo. No sé, no sé.