lunes, abril 28, 2008

¡¡¡ Qué noche estamos pasando!!!


... Como diría la diabólica, parece poseída por Chuky no me digan que no, presentadora de Se llama Copla, Eva González. Y vaya noche que pasamos en el reino de los mostachones y las mostachonas, en referencia a las mujeres de Utrera. Me refiero a la noche del sábado, en la que mi marido y este que les escribe tenían una cita con la última camada de la copla, nacida de un exitoso programa de televisión de la familia de los triunfitos. La gira 2008 de Se llama copla recalaba en Utrera y por paradojas o avatares del destino cayeron en mis manos dos invitaciones. ¿Y qué puedo hacer mejor, que otros planes, para la noche del sábado?Así que prestos, dispuestos y peripuestos nos plantamos en este municipio caracterizado por su buena repostería, el excesivo engalanamiento de sus mujeres y la Virgen de Consolación, cuyo santuario visitamos antes de entrar en el recinto del concierto.
¿Cómo explicar lo que vivimos a continuación?. Para que nos hagamos una idea, creo que el espectáculo estaba más fuera y en el patio de butacas que sobre el escenario. Edad media del público asistente, por una vez me sentí el más joven, unos 50 ó 55 años. Target de públicos, señoronas engalanadas con o sin maridos, abuelos, ellos sobrios con pantalones y camisas, ellas con sus batitas estampadas, y familias en general. Y vaya la que montaron las buenas señoras. No se les puede sacar de casa. Primero, intentaron por todos los medios, las más cucas, adelantar terreno con sus sillas de veladores aprovechando el pasillo de seguridad habilitado por la organización, pegándose con socarronería a uno u otro lado dela fila, pero unos metros más adelante. Segundo, que le gusta a una señora una fotito dedicada de sus ídolos. Una fue la encargada de abrir la veda y la peregrinación de mujeres enloquecidas y enfervorecidas en busca de la madre de María Lozano para que le diese tal preciado regalo fue interminable. Pero ellas no se conformaban con una, sino que se traían la tira para repartir entre las amigas, en la medida justa para que cuando alguna del público se percatara de su dadiboso acto y pidiese una, saltase con un "no me quedan más, sólo he traído para las amigas más cercanas". Y tercero, el público se creía que por un momento estaban teletrasportados en el salón de su casa una de esas noches de sábado cuando aún se emitía el programa y lo comentaban todo y cuando digo todo, me refiero a absolutamente todo, hasta lo que decían los propios artistas sobre el escenario. Por si no nos habíamos enterados. Por faltar, para poner la guinda al mostachón o la lengua de Utrera, no faltó ni el mariquita del pueblo. Sí, ese hombre mayor, que es toda una institución entre las vecinas, y que deliraba con la actuación de los triunfitos copleros hasta el punto de gritar en pleno espectáculo, durante la intervención de Joana Jiménez, "¿Por qué me haces esto?". Ni que lo estuvieran matando.
Sobre el escenario, una traslación del programa pero en el vivo y en el directo y por toda Andalucía. Rosa Marín, Joana Jiménez, Antonio Cortés, María Lozano, Erika Leiva y Joaquín Sáez pusieron al servicio de su enfervorecido y entregado públigo sus voces y su arte con un mismo repertorio, vestuario y la misma orquesta de Se llama copla con Josemi a la cabeza. Una interesante apuesta por recuperar la copla del baúl abandonado de la Piquer y que vuelve a mover masa, aunque esta sea añeja y la misma que llenaba los teatros en la época de las grandes divas del folclore. Buen sonido y producción musical de un espectáculo que en ocasiones, sobre todo en las actuaciones corales, sonaba a verbena de pueblo, aunque claro estábamos en la hiperbolización del término, con estribillo pegadizo incluido para que el respetable interactuase en el espectáculo. "Ay, Tani, que mi Tani, que mi Tani...".

1 comentario:

Cecilia dijo...

Por dios, la que me espera en la versión nazarena del espectáculo. Como me dijo pequeño pony el otro día: ¿No querías sección de cultura? ¡Pues toma sección de cultura! Ays.