De niña a mujer

Ya lo cantaba Julio Iglesias en sus años mozos,cuando le dedicó a su hija (esa que luego han ridiculizado tanto en los platós de televisión) aquello de "De niña a mujer". Pues la misma experiencia es la que ha experimentado Melody en su último disco, Los Buenos Días. La niña del baile del gorila o de las experiencias pueblerinas de pata negra en un centro comercial ya ha madurado personal y musicalmente a punto de cumplir los 18 años, aunque en sus discos predecesores ya tonteara con el género romántico en algunos temas, que seguro recordareis, como aquel que le compuso el de Andy y Lucas, Y ese niño.
Melodía Ruiz Gutiérrez, según aparece en la Wikipedia, aunque ya lo sabía de antes, nació en Dos Hermanas, o sea mi pueblo, un 18 de octubre de 1990. Apadrinada por el desaparecido, El Fary, en el año 2001 logró vender tanto en España como en Hispanoamérica más de 500.000 copias de su primer disco De pata negra y su Baile del Gorila.
Ahora vuelve a la escena musical, más mujer, incluso atractiva para muchos, con un disco bien elaborado, bien producido, al menos a mí me ha gustado mucho, en el que se conjugan los sones flamencos con los latinoamericanos. ¿Habían escuchado alguna vez un fandango a ritmo de cumbia? Pues Melody se atreve con ello en uno de sus temas, Navegando en su locura. Además este trabajo, en el que ha dedicado 3 años de su vida con el fin de buscar esa evolución necesaria para una niña que ya no juega con muñecas, destacan otros temas, como el primer single, Te digo adiós, una rumba latina con mucha fuerza; La hija del banquero, una rumbita muy simpática para hablar de un amor entre un pijo y una gitana; Nadie, sones caribeños para cantar a los cuatro vientos que no le gusta seguir las corrientes pasajeras; o Sin ti a mi lado, un baladón que se convierte en una auténtica declaración de amor...
Como no podía ser de otra manera el sello Queco ha calado hondo en la cantante nazarena que, podríamos decir, ha dado con su estilo, el de la Melody mujer, que, si sigue en esta línea, tiene mucho que ofrecer de ahora en adelante. Ya es hora de que olvidemos al gorila, los jamones de pata negra u otras frikadas propias de su etapa infantil, para disfrutar con una buena voz, porque la tiene, y unos temas que, sean mejores o peores, nos hacen bailar o, al menos, tararearlos, mientras lo escuchamos.