
Al grano, marrano. Que me voy por las ramas. Que ahora le ha tocado el turno a la movida. Si, ese fenómeno social y musical que tan bien reflejaron las primeras películas de Almodóvar, tipo Pepi, Luci y Boom o Laberinto de Pasiones. Pues bien, cuando ya en España teníamos superada esa fiebre, a los monegascos les ha dado por la movida (promovida por el ayuntamiento). Sí, como lo oyen o leen, que al príncipe Alberto de Mónaco, heredero de este principado, ha elegido la movida madrileña como el tema del próximo Baile de la Rosa.
Momento para cerrar las bocas. Lo sé, no se imaginan a las señoronas de gala, endomingadas, con sus trajes de alta costura prestados por un día bailando al son de las Nancys Rubias de Mario Baqueriso o con las canciones electrónicas de Fangoria. No lo veo, la verdad, pero estaré atento a Corazón Corazón y a Cristina García Ramos para ver a Almodóvar, Bibiana, la anaranjada Alaska o el andrógino Mario Baqueriso desfilando por la alfombra roja, junto a Carolina, Estefanía y Alberto de Mónaco. Si Rainiero o Grace Kelly levantaran la cabeza... Esto es lo que pasa cuando la realeza se mezcla con el pueblo sin saber el resultado del cocktail que prepara. Aunque no sé que es peor, si que la Troup Almodóvar desembarque en Mónaco o que lo haga la sin par Ana García Obregón como ya lo hizo en ediciones anteriores.
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