Esto se acaba. Lo mismo que empezó hace casi una semana, aunque con menos alegría (la jornada lo requiere), termina una nueva Semana Santa, con unas últimas jornadas en las que el luto y las marchas fúnebres son los protagonistas.
El Sábado Santo en Sevilla, al menos para mí, es de Los Servitas. Por la sencilla razón de que personaliza en una cofradía el sentir de un día en el que se vela la muerte de Cristo. Negro y sones lúgubres para una cofradía con estilo, de las serias, pero muy cuca y llena de preciosos detalles, tanto en la paso de la Piedad que porta el cuerpo de su hijo, como en el palio de cajón, bellamente bordado. Su contemplación por la zona de Dueñas, María Coronel o Sor Ángela son estampas de dignas de guardar en la retina hasta el año que viene.
Pero antes de echar el cerrojo, una cofradía con tintes de barrio, La Trinidad, la última Esperanza de la Semana Santa. Tres pasos para una cofradía que trae a Sevilla las últimas cornetas y tambores, los misterios con el izquierdo por delante y la gracia sevillana de una Virgen bajo palio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario