viernes, diciembre 28, 2007

Cerremos los armarios

Cuando aún no me he recuperado de la sorprendente final de Gran Hermano en la que ha salido vencedora Judith (cuando todos estábamos convencidos de la hegemonía de las gemelitas, no porque lo merecieran mas) y asimilando mis más de 2.000 visitas en dos días vuelven a la carga las informaciones que apuntan a las tan traidas supuestas homosexualidades de las estrellas del celuloide artístico. Si hace unos meses era un peluquero, que ya se podía meter la lengua en el secador y hacerse una permanente, el que apuntaba que su amigo Ricky Martin era gay, ahora es Andrew Morton, biógrafo extra oficial de Lady Di, polémico donde los haya, el que presenta un libro no autorizado sobre la vida de uno de los galanes clásicos de Hollywood, Tom Cruise.
De entrada no me parece una novedad lo que apunta el biógrafo en su tan traida obra. Vale, que Cruise es homosexual, al menos eso dicen, y que todos sus noviazgos y matrimonios son un contrato comercial para "lavar" su imagen y promocionar a la actriz de turno, entre ellas, recuerden, la española Penélope Cruz (a la que ponen a caer de un burro por su interés desmesurado en que se la relaciones con afamadas estrellas del cine para alcanzar su tan deseada meta). Esto lo llevamos escuchando desde que Tom era Risky Business y se paseaba en calzoncillos por una deshabitada casa familiar.
La veda fue levantada por la primera mujer del actor, Mimi Rogers, quien aseguraba que su marido no cumplía como tal en la cama. Luego se habló de la adopción de sus dos hijos con Nicole Kidman ante su imposibilidad para dejarla embarazada.
En fin, más de lo mismo y lo que me parece peor, sin la autorización del máximo interesado, el propio Tom. Me parece muy bien que se especule, yo lo hago, pero en mi ámbito privado sobre si creo si fulanito es gay o no, por indicios o radiaciones que siento, pero de ahí a afirmarlo públicamente, aunque ten ga miles de prueba, sin que el afectado desee contarlo, me parece un atentado a la intimidad de las personas.
Cuando Tom o Ricky quieran compartir con el resto de la humanidad esta faceta de su vida que lo hagan y si no quieren, respétenlo, por favor. Y ya me parece de juzgado de guardia que una vez fallecidos se hable de las estrellas y de cosas que en vida nunca confesaron. Es algo de cobarde mencionar a personas que ya no pueden defenderse o rebatir algunas informaciones. Respeten el derecho a la intimidad y, sobre todo, a decidir lo que queremos contar o no. Vayan informando de la supuesta heterosexualidad de otros famoso, o es que eso no vende. Los armarios deberían estar cerrados y las personas fueras, libres de acciones y pensamientos. Cuando me pongo moralista,me pongo...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues algunos armarios merecen ser abiertos. Muchos de los que están dentro juegan con nosotros, se prestan a enseñar sus cuerpos a cambio de dinero en películas, en la tele o en revistas. Y además se divierten con ese trabajo. Ellos querrán que no se sepa con quien se acuestan pero los que les desean y se matan a pajas después de haber pagado la entrada de cine quieren saberlo. Un derecho contra otro. ¿de cual eres tú realmente?

El portero dijo...

Lo de enseñar sus cuerpos son exigencias del guion y si los tienen que los muestren. (lo que se vayan a comer los gusanos que lo disfrutemos los humanos). En cuanto a la pregunta que lanzas, prefiero fantasear con ellos por ellos no por su tendencia sexual. Me da igual que sean gays o heteros, si están buenos o no es lo que me estimula. Luego cada cual que diga lo que quiera decir de su vida.

Anónimo dijo...

Bueno, vale, ya lo has dicho. Lo del guión es la formula piadosa que hay que decir en las entrevistas porque queda muy bien. Pero cualquiera que conozca un poco como van las cosas sabe que enseñar piel tiene un precio, porque sube las audiencias, ayuda a las promociones. Y así cada uno vende su talento y su cuerpo porque los dos le llegan a uno de regalo. Y ademas me parece muy bien, creo que hacen muy bien en usarlos. Que se enseñe y que se pague por ello. Pero eso tiene una contrapartida. Luego unos ocultan, otros quieren saber. Con el mismo derecho.